Theramore | ||||||||||
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Theramore es, tanto merecido como por su exclusividad, la capital de los humanos en Kalimdor. Ubicada en la parte más oriental del Marjal Revolcafango, extendiendose a lo largo de la isla y la peninsula, con su ciudadela, centro administrativo e instituciones instaladas en la zona insular de Theramore. Es una de las ciudades más grandes del hemisferio, convirtiendose en uno de los mayores puertos comerciales y puntos de conexión con el interior del continente. A su vez, como ciudad-estado, es la capital de los Dominios de Theramore, cuyos límites son la nación orca de Durotar, la Confederación Tauren, y la ciudad goblin Trinquete.
Es parte nominal de la alianza entre Kul'Tiras y Gilneas (la llamada Alianza Divergente), pues las crecientes tensiones que ha tenido con Ventormenta y Stromgarde ha causado resentimiento en las autoridades locales y la población, muchos todavía apelando a una única identidad humana. Sin embargo, esto les ha empujado hacia los reinos renegados de la antigua Alianza, siendo probable la formalización oficial de un pacto de defensa. Así, con gran parte de sus rutas de comercio hacia la llamada "facción imperial" cortadas, la isla ha puesto sus ojos sobre la Horda y sus históricas buenas relaciones tras décadas de paz para contrarrestar la perdida de los mercados en el Este.
Historia[]
Liderados por Lady Jaina Proudmoore tras la destrucción de Lordaeron a manos de la no-muerte, los pueblos de la antigua Alianza hallaron tierra más allá de las nieblas que poblaban el Mare Magnum: Una tierra salvaje, rica, llena de vida desconocida y fascinante, que concedía una brisa de esperanza a un pueblo destrozado. Pero no hubo solo instante de descanso, pues pronto se darían cuenta que no estaban solos.
No se trataba de bestias como los centauros o jabaespines, si no algo peor: un enemigo que pensaba y calculaba. Guiados por un ex-esclavo orco de nombre Thrall, la Horda también había logrado escapar de los horrores del este. Las tradicionales hostilidades se desataron a lo largo de una carrera hacia el oráculo de la Sierra Espolón, como le llamaban los nuevos aliados de los Orcos, los Tauren. Solo se alcanzó una tregua cuando fue revelado el verdadero enemigo de ambos bandos, uno al que jamás podrían enfrentarse solos. El antiguo guardián Medivh no mentía.
Una amistad inusual floreció entre Jaina y Thrall a medida que se adentraban en los bosques del norte, una que auguraba la posibilidad de paz entre orcos y humanos. Ello, y luchar espalda con espalda para abrirse camino entre la Legión Ardiente y los enigmáticos Elfos de la Noche, pavimentó el camino del futuro. Juntos llegaron hasta el Monte Hyjal, hogar de Nordrassil, y unieron fuerzas con los Kaldorei para proteger el Árbol del Mundo.
Aunque las perdidas fueron duras, los defensores del árbol obtuvieron la victoria tras una batalla desesperada. Una tregua se firmó entre nuevos y viejos enemigos, cimentando años de paz para que la prosperidad regresara al mundo. Tanto orcos como humanos se retiraron de los heridos bosques elficos y marcharon al sur, buscando nuevas tierras donde establecer a su gente.
Así se fundó Theramore, heredera de Lordaeron. Una ciudad protegida tanto por el mar, el pantano y sus imponentes murallas. Siempre alerta por los peligros de un nuevo mundo, y sospechosa de los del antiguo, la ciudadela se alza por sobre la ciudad para extender su vista protectora a cada rincón de la isla. Nunca jamás dejarían su voluntad flaquear y defenderían su nuevo hogar hasta el último hombre, elfo o enano vivo dentro de sus murallas.
Sin embargo, el oeste siempre se presenta como un recordatorio de que nada está asegurado. No hay quien no haya ido a los muelles y se sentase en los maderos, mirando el horizonte y rememorando que, en Azeroth, todo puede pasar.
Actualidad
Con Lady Jaina a la cabeza del Concejo de la Ciudad, hoy se respiran aires de serenidad en calles que rememoran los antiguos tiempos de Tirisfal. Convertida en el principal puerto de la antigua Alianza en Kalimdor, Theramore es un centro de comercio y de paso, siendo para muchos la puerta al apenas conocido continente. El orden es considerado uno de los principales valores de la isla, y la obediencia a la ley se considera un deber moral. Por ello y por traumas del pasado las mercancías que ingresan al mercado deben pasar por minuciosas inspecciones antes de presentarse al público -nadie desea repetir el desastre del grano de Andorhal. Aunque en las últimas temporadas los problemas con piratas se han evaporado, la creciente población de la ciudad y su hacinamiento en los arrabales exteriores ha traído un nuevo problema: el tráfico de bienes ilegales y un cotizado mercado negro. Las autoridades no quieren admitirlo, pero es posible que partes de la Milicia sean corruptas y cooperen con criminales.
Históricamente Theramore era un espacio neutro para las conversaciones entre las facciones tradicionales de la Alianza y la Horda en los primeros años tras la Tercera Guerra. Sin embargo, con una constante paz en el nuevo continente de Kalimdor y la fractura de la Alianza en dos bandos, mantener su estatus como ciudad diplomática por excelencia ha sido imposible tras varios años de intentarlo. Ventormenta y Stromgarde, unilateralmente cortando las rutas comerciales con la ciudad, han causado un daño importante a la economía local y sus relaciones diplomáticas, acusando y motivados por una peligrosa cercanía con el reino de Kul'Tiras y Gilneas. Aunque lo anterior era cierto -más basado en tradiciones, cooperación y sangre compartida que en pactos militares-, Theramore se ha visto obligada a elegir bando y a comprometerse, aunque a la distancia, con la causa del eje de Boralus-Gilneas.
Localmente hablando, más de un problema han causado los roces entre los Kaldorei y los Quel'Dorei. Las raíces de la animosidad aun son estudiadas por los historiadores humanos de la Torre de Jaina, y los primeros indicios y registros compartidos por los nuevos aliados darnasianos lograron confirmar hace décadas que es un problema cuyo origen se remonta a más de 10.000 años; una información previamente mantenida en secreto por los Altos Elfos, lo que ha causado una ola de desconfianza entre la mayoría humana y la minoría enana que no ha podido ser olvidada (pues, ante ello, se conocía también de la existencia de la Legión Ardiente). Ello, sumado al veto de sus dos miembros del Concejo al establecimiento de una embajada Kaldorei en la ciudad, no han hecho más que aumentar las miradas de sospecha en contra de la segunda racial mayoría de la ciudad -aún así, dicen los Elfos de la Noche, no querían compartir tierra con los descendientes de los "Altonatos".
Aunque la ciudad se ha ido posicionando junto a reinos que se han alejado de la fe en la Luz Sagrada, Theramore sigue siendo un bastión de esta religión. Mucho más tolerantes a otras creencias tras sus experiencias desde y después de la Tercera Guerra, los ciudadanos de Theramore no se embarcan en grandes cruzadas para acabar con los herejes y criaturas infieles pues, a diferencia de sus hermanos en el este, muchas veces estos paganos han sido sus más cercanos aliados. Enfrentan con sentimientos encontrados la adopción abierta del druidismo en Gilneas, pues Theramore no abandonará sus creencias heredadas de Lordaeron. El Obispo de Kalimdor y los fieles han decidido que tomarán su propio camino, apartado del fanatismo y la doctrina de la Cruzada Escarlata.
En términos militares, la Milicia de Theramore ha experimentado un gran crecimiento en los últimos años. Punta Perdida, un pequeño fuerte en las cercanías de la taberna Reposo Umbrío ha sido recientemente establecida en los bordes del pantano, aumentando de forma considerable la cobertura de las patrullas y el control efectivo que de la Alianza en la zona. Ello, sumado al Fuerte del Norte, han convertido a Theramore en una fuerza a tener en cuenta.
La taberna Reposo Umbrío se encuentra en el único punto de entrada desde Los Baldíos, convirtiéndose en un santuario para mercenarios y mercaderes de toda facciones. Protegida bajo la milicia de Theramore, y con una protección por decreto dada por las capitales de la Horda, esta taberna es un punto de reunión de todo tipo de exploradores dispuestos a descubrir los secretos de Kalimdor, mucho de los cuales no han logrado volver.
La tranquilidad que se respira en las calles de piedra de Theramore, por muy robusta que se puedan ver sus murallas, es más frágil de lo que aparenta. Voces de disidencia recorren las barracas de la milicia, palabras que buscan reiniciar las hostilidades contra una Horda sobreextendida y acercarse a la alianza imperial, quienes no han renegado de la Luz. El crimen y la violencia en los barios bajos se convierten cada vez más en un problema en el costado de la ciudad, y los misterios del pantano aun se plantan como un obstáculo para un pueblo que busca hacer suya estas tierras.