Stromgarde es el mas antiguo de todos los reinos del hombre y es considerada como la cuna de la civilización humana. Actualmente está liderada por el Príncipe Galen Trollbane con el asesoramiento de su tío y héroe de la alianza, el Comandante Dannath Trollbane. Es considerado como uno de los Siete Reinos Humanos.
Historia
Resulta imposible hablar de este reino sin remontarnos a la antigüedad de la especie humana: hubo un tiempo en el que los hombres aún vivían en tribus. Gracias al liderazgo del líder de la tribu de Arathi, el héroe Thoradin El Grande unificó al resto de las tribus humanas con la suya para fundar a Arathor, el primer reino humano, cuya capital fue Strom, una imponente ciudad desde la cual lideraba por encima de todos los hombres. Gracias a su buena relación con los altos elfos ambas razas unieron fuerzas para derrotar a los trolls y se concilió la fundación de la ciudad de Dalaran. Finalmente, con el paso de los siglos, el brillo de la ciudad comenzó a decaer hasta el punto de convertirse en un reino de menor importancia. Aún así, continuaba desarrollando a muchos soldados que serían considerados como los mejores guerreros de la raza.
Durante la Primera Guerra y la Segunda Guerra ejerció un rol secundario enviando a sus hombres a luchar en defensa de la humanidad, siempre bajo la sombra de la poderosa ciudad de Ventormenta y el imponente reino de Lordaeron. Durante la Tercera Guerra se unieron a los nativos de Lordaeron y los Wildhammer para luchar contra La Plaga. Debido al infame ejercicio del Mariscal Othmar Garithos, quien se encargó de enviar a los Sin'doreis a numerosas misiones suicidas en su beneficio, las relaciones con los Quel'dorei se volvieron tensas y menguantes. Los pocos sobrevivientes de esta alianza son los que actualmente conforman a la encarnación moderna de Stromgarde.
En los últimos años han recibido en sus puertas al sobreviviente de la Expedición de Draenor y miembro de su realeza: Dannath Trollbane. Bajo su liderazgo y con el consentimiento de su príncipe y sobrino, han estado luchando contra los infames asesinos de El Sindicato, antiguamente miembros de la nobleza y la guardia real del Reino de Alterac. Tras una serie de batallas, consiguieron una victoria aplastante debido a la intervención de los orcos del clan Frostwolf, quienes aprovecharon esta disputa para ganar terreno y levantar su propia ciudad sobre las ruinas del reino que se dedicó a acecharlos durante dos guerras completas. Consolidada la victoria, el poderoso reino comenzó a conformarse como una potencia floreciente e independiente.
Política y cultura
El Príncipe Trollbane ha acogido y reconocido a unos pocos sobrevivientes de la nobleza de Lordaeron, otorgándoles las tierras ubicadas en las zonas geográficas mas complicadas como el Castillo de Durnholde, el cual busca ser destruido por la Horda debido a su pasado como campo de trabajo para esclavos; de la misma forma, los ciudadanos sobrevivientes del reino caído tuvieron tremendas facilidades para ser transportados a estas áreas con el fin de trabajarlas. La mayoría de los comerciantes sobrevivientes han decidido quedarse en la capital y los pocos sacerdotes de la Luz se encuentran distribuido geográficamente, sin conseguir que prolifere el poder de la iglesia en la nación. A pesar de su orgullo, la mayoría de los nativos de Lordaeron no se sienten ofendidos por el trato y prescinden de los lazos con su antigua patria.
De forma paralela, Stromgarde conserva su cultura estructurada alrededor de la organización militar y el desarrollo bélico. Los oficios de granjero y soldado son los predominantes en la población con un tercer puesto contemplado para los médicos de guerra y los comerciantes de armas. Gracias a la importante influencia enánica entre sus habitantes, cuentan con una generosa cantidad de artesanos herreros, aunque las milicias se mantienen reticentes al uso de armas de fuego.
Organización
Stromgarde es una nación escasa en términos de aristocracia, teniendo pocos nobles que no sean guerreros, conviertiendo al ejercito en el núcleo principal del orden jerarquico: cada familia tiene su propia armada, la cual es dispuesta al mismo tiempo para el ejercito del reino; y ajeno al poder de cada casa nobiliria, se encuentra al clero, que a diferencia de otros reinos, no hay una existencia de grupos clericales ajenos a ejercito, funcionando entonces como un anexo.
La mayor parte de los sacerdotes que habitan capillas suelen ser inquisidores activos o retirados y responden a las ordenes de la casa que rige sobre las tierras en las que está su capilla, o bien al arzobispo que se encuentra en la capital, teniendo este mayor prioridad en caso de conflicto de intereses; esto significa que, a diferencia del resto del ejercito, los inquisidores sirven primero al rey y luego a su señor directo.
Los paladines, por otra parte, no son considerados parte de la inquisición, aunque sí son muy sensibles a la posición que ésta posea en caso de conflictos internos; pero al final del día, sirven a su lord como cualquier otro caballero. Otra excepción remarcable es la Cruzada Escarlata, la cual responde directamente a los coroneles del ejército y al rey de Stromgarde, relegando de órdenes e incluso enfrentándose muchas veces con La Inquisición debido a sus radicales diferencias de fé; pero al mismo tiempo, estrechando lazos cuando se trata de combatir enemigos comunes a ambos.
Relaciones
Internacionalmente, son considerados miembros activos de la Alianza y la segunda capital humana mas importante de la facción, dejando de lado a los reinos desertores. Conservan una excelente relación con Ventormenta, ciudad que tiene grandes monumentos de dos de los miembros de su nobleza mas reconocidos. Debido a su importante población enánica cuentan también con un excelente trato con Forjaz y recientemente han estrechado lazos con la Cruzada Escarlata. Antaño poseían una actividad militar ininterrumpida, de modo que los conflictos sociales se sofocan antes de comenzar, desviando la rabia y la inconformidad de la gente hacia el campo de batalla donde estas emociones son recompensadas con oro y tierras; pero debido al enfrentamiento que han tenido con Gilneas y a la reciente reaparición de Dalaran, su territorio se encuentra limitado, teniendo que verse obligados a llevar el combate dentro de sus propias tierras, generando así un creciente malestar que podría ser el caldo de una cruda guerra.
Lamentablemente, las relaciones con la Horda se encuentran sumamente tensas: no mantienen un odio particular hacia los orcos y no conocen realmente a los tauren, aunque su racismo hacia los trolls es una práctica ya inculcada en la tradición de su gente. Por motivos varios, su principal conflicto está focalizado en los aliados de la Horda: gracias a las eventualidades ocurridas en el Tercera Guerra, llevan una relación de odio mutuo con los elfos de Sangre y a causa de una tensión territorial se ven enemistados con los renegados y con sus mas recientes aliado, los gilneanos. Dejan el paso a los goblins y permiten el comercio de esclavos, aunque esta práctica no prospera demasiado debido a la cultura de sacrificio por el oficio que mantienen las clases bajas.