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Roca

Emplazada en la ladera de Skarstind en Noruega, las ruinas de Irdunmir están ocultas a los ojos de quienes son ajenos a la Sociedad de las Cinco razas mediante hechizos.

Irdunmir, conocida como la Gema del Norte, era la capital del Reino de la Roca, uno de los antiguos reinos élficos. Esta ciudad era conocida por ser un baluarte impenetrable, aunque el rey Demathos el Grande se encargó de probar lo contrario. Gobernada mayormente por la gran familia Amroth, este castillo y su ciudadela fueron destruidos sobre el final de la Guerra de la Roca y la Hoja, para luego ser abandonados.


Fundación

La fortaleza de Irdunmir fue originalmente fundada por Thwellen de Rasalien, un lejano antepasado de los Amroth que tenía muy buena relación con Thaletray. Fue durante aquellos días en los que los Ocho aún caminaban junto a sus creaciones, la magia corría libre por la sangre de los elfos y no habían más razas manchando la tierra. Thwellen había llegado a la montaña que luego sería llamada por los humanos como Skarstind buscando un hogar para su familia y algunas familias amigas lejos de Listy Pevnost, cansado del las diferencias de opinión con el consejo que gobernaba en aquel entonces a dicha ciudad, y juntos crearon a Irdunmir, el Corazón de la Roca.


Descripción Física

La ciudad estaba construida enteramente bajo la montaña de Skarskind, llamada en ese entonces por los elfos Mirsendrhall, o Montaña de los Ruiseñores Blancos. Sus puertas se encontraban entre los pies de una inmensa estatua de Thaletray, que gobernaba la montaña. Irdunmir contaba con dos áreas claramente separadas, la ciudadela y el baluarte. La ciudadela no guardaba comparación con la grandeza de los salones que los elfos construyeron con su magia en el corazón de la montaña, pero se extendía en sus áreas más apartadas hasta otras montañas linderas. Allí habían mercados, hogares de siervos y ciudadanos, centros de entrenamiento e incluso bosques pequeños. En el baluarte, el Irdunn, las paredes de los salones estaban cubiertas por pequeñas caídas de agua, gemas e ilustraciones que contaban historias de los Ocho. Separaba a estas áreas una distinctiva muralla de piedra que llegaba hasta el techo de la caverna de las ciudades.

Luego de la Toma de Irdunmir, buena parte de la ciudad quedó enterrada -incluyendo la entrada principal. Sin embargo, el baluarte se mantiene intacto y algunos ingresos se pueden encontrar en las partes más apartadas de la ciudadela exterior, en las montañas vecinas.

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