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Las Casas u Hogares son edificios, castillos y pequeñas ciudades en las que gobierna un noble de las Cinco razas. Se dividen por razas, aunque no necesariamente se debe pertenecer a una raza para vivir o gobernar en una de sus casas. Varían ampliamente en aspecto y tamaño, pasando desde algunas que se camuflan perfectamente entre las viviendas humanas, hasta otras que destacan tanto que debieron ser ocultadas de los ojos intrusos con diversos hechizos.

Organización

Todas las Casas cuentan con una cierta organización interna que se encarga de brindar las posibilidades de educación y trabajo a sus habitantes. Ambas áreas suelen estar a cargo de una rama de la administración de la Casa, generalmente llevada adelante por siervos del lugar. Es habitual también entre las razas a las que se puede ser convertido (como los licántropos, vampiros y demonios) que se cuente con un sistema de soporte para aquellos que recién han sido convertidos y aún deben aprender a manejar y medir sus nuevas capacidades.

La justicia dentro de las Casas es mantenida por sus guardias e impartida por los gobernantes de las mismas. Cuando una infracción es demasiado importante para ser solucionada por el propio gobernante de la Casa, se procede a presentarla delante de la Corte de la propia raza o en la Corte de las Cinco Razas de ser un crimen mayor.

Las Casas están financiadas en general mediante diversas inversiones administradas en conjunto por el gobernante de la propia Casa y siervos con experiencia en el ámbito económico que hacen las veces de asesores. Es habitual que entre los gobernantes de diversas Casas lleven a cabo negocios relacionados que puedan impulsarse y asistirse entre sí.

Entorno Sociocultural

Es habitual que dentro de las Casas haya un cierto nivel de organización social, que varía según la raza a la que pertenece y al estilo de gobierno de quien esté a su cargo. Por ejemplo, es habitual que en las Casas de la Luna todos participen en las tareas de limpieza y orden: quien ensucia algo debe limpiarlo, quien utiliza algo debe dejarlo en mejor estado del que lo encontró y es muy mal visto socialmente no seguir estas costumbres. En cambio, entre los demonios se espera que los esclavos y protegidos se hagan cargo de dichas tareas, y en las demás Casas son específicamente algunos siervos quienes las llevan a cabo a cambio de una cierta remuneración.

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